prédicant

en francés, el sustantivo aparece a más tardar en 1523, en una sátira: sátira de los beguinos, publicada en Ginebra. Se derivaría de predikant, término originario del sur de Alemania y de la Suiza alemana, desde la segunda mitad del siglo XV, es decir, antes de la Reforma. Luego, conoce cierto éxito en la Suiza romanda y en particular bajo la pluma de Calvino: califica al predicador protestante. A partir de finales de la década de 1550, se impone casi brutalmente, tanto en los actos reales como en el lenguaje de los católicos, con una depreciación del término. Del latín praedicare.